domingo, 1 de julio de 2018

LOS APELLIDOS DE LA POBREZA

Vivimos en la sociedad del espectáculo, del titular, del twit… lo cual , entre otras muchas cosas, significa que las explicaciones complejas, las realidades que no se pueden explicar ni comprender en menos de 280 caracteres, simplemente ni se explican ni se comprenden. Con suerte se simplifican, se convierten en un titular o en un eslogan que se repite y se asume.

A esas reducciones de lo complejo les pasa lo que a algunas metáforas, que como dice Emanuel Lizcano tienen la propiedad de volverse zombies, es decir de ser algo usado como muleta “verosimil”, de tanto usarla y usarla mal, perdemos toda conciencia de su ser “simil” y la aceptamos como meramente“vero”

La pobreza, especialmente en una sociedad rica como la nuestra, es uno de esos elementos complejos que hemos “Twiterizado”. Y lo hemos hecho inventando apellidos, que no son más que dimensiones o distribuciones de la misma realidad, que forma un todo complejo e inter-relacionado.

Así, ya nadie habla de pobreza, quien lo hace aparece como un cura pesado. Se habla de pobreza energética, de pobreza infantil, de feminización de la pobreza… y probablemente surgirán mas apellidos. Con toda probabilidad, en la intención de quien los pone en circulación no hay maldad alguna, mas bien al contrario, trata de atraer la atención de una sociedad que no atiende a grandes y complicadas explicaciones. El titular impacta, la foto del niño ahogado en una playa de Turquía remueve conciencias.

La pobreza energética no existe, lo que hay son hogares que como son pobres, eligen comer antes que pagar la luz. La pobreza infantil no existe, la mayoría de los hogares pobres tienen menores en su seno. La pobreza no se ha feminizado, la mayoría de las personas en situación de  pobreza son mujeres, que ademas forman un hogar monomarental con menores, que, en muchos casos no pueden pagar la luz.

Pero el gran problema de estos apellidos zombies, no es de mero entendimiento, porque entender la realidad de una determinada manera (simple) nos lleva a actuar en consecuencia. Si ponemos el foco en los apellidos, actuaremos con parches parciales, y a veces incluso contraproducentes. Porque nuestro análisis queda reducido a lo parcial y de parcial viene parche. No hablo ni siquiera del tema de las causas. (bastante mas profundo), afrontamos mal incluso haciéndolo solo sobre las consecuencias.

Así, si miramos la pobreza energética, le echamos la culpa al precio de la luz, e inventamos medidas para hacerla más barata para los más empobrecidos. (por supuesto generando deuda, privada o pública). O si entendemos la pobreza como infantil,  reclamamos y nos empeñamos en abrir los comedores escolares los fines de semana y en vacaciones.

El gobierno anunció el viernes que va a duplicar el presupuesto destinado a esta ultima medida de cara al verano, pasando de 5 a 10 millones de euros, pero se mantiene la prestación por hijo a cargo en 24 euros al mes. ¿No seria mas eficaz y más lógico generar una prestación económica digna para los hogares en situación de pobreza? (mayor cuanto mas personas haya) Igual así, podrían pagar la luz y comer en familia y toda la familia.

¿No avanzaríamos mucho mas si, de una vez por todas, el gobierno se atreviera a regular las rentas mínimas, para darles un umbral de dignidad igual en todo el estado?  Y ya en el colmo de la utopia, ¿no va siendo hora de abrir el debate de la renta básica universal? Insisto de nuevo, perfectamente consciente de que estoy hablando de afrontar consecuencias, que del tema de las causas ya hablaremos otro día. 

Sigamos mirando la parte por el todo, sigamos cogiendo el rábano por las hojas, sigamos usando imágenes zombies. sigamos inventando apellidos, que si es cierto, dan campanazos muy mediáticos e impactantes, pero dejan todo igual que estaba.